Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios;
pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios…
Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi
entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu,
pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu,
pero cantaré también con el entendimiento. Porque si bendices sólo
con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el
Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque
tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
¡Dios le ha dado a la Iglesia un medio divino y sobrenatural de
1 Corintios 14:2,14-17
comunicación con Él! Dios es un Espíritu. Al hablar en lenguas, nuestro
espíritu está en contacto directo con Dios, ¡quien es un Espíritu! Nosotros
estamos hablando con Él por un medio divino y sobrenatural. De esta forma
podemos “… bendecir con el espíritu….”, y “también dar gracias…”.
